El águila se posó orgullosamente a la orilla de su nido. Mirando las majestuosas montañas y valles que se abrían a su alrededor, los pensamientos del águila regresaron a su infancia. Pudo recordar claramente los intentos que hizo para volar, una y otra vez, había caído fuera de control hacia las rocas que estaban abajo. Una y otra vez su madre vigilante estaba allí para salvarlo. Al sentir que ya estaba listo, ella le revelo el secreto del águila.
Todas las águilas fueron creadas para elevarse “para esto fuiste creado” le dijo, sin embargo, hay un poder que llega, no de lo que podemos ver sino que está en lo invisible. “es el viento y no nuestras alas lo que nos eleva a los espacios más altos”, “es nuestra visión, no nuestros ojos lo que nos hace ser los reyes de los cielos. Pero sobre todas estas cosas es nuestro espíritu y no nuestra velocidad, la que nos conduce a ser fuertes y libres”
Los que tienen éxito, piensan y actúan de un modo que les permite crecer y progresar. Independientemente de las circunstancias con las que se enfrentan.
Al igual que el águila, ellos tiene un secreto: han aprendido a elevarse sobre las tormentas y a alcanzar los objetivos dispuestos. Si usted adopta esas características y las hace propias, puede estar seguro de que usted crecerá y triunfará.
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