Con un moderado, o más bien bajo crecimiento del empleo -de
alrededor del 1%-, acorde con la desaceleración económica, la tasa de
desocupación no mejoraría este año. Es una inercia que parece
emparentada con otro factor: mientras que el sector formal de la
economía estaría cerca del pleno empleo, los problemas de la falta de
trabajo se concentran en el segmento de la informalidad y en la
población más vulnerable por no contar con las habilidades requeridas
por el mercado laboral. Por esa causa, la solución requiere de
estrategias activas que van más allá del crecimiento y llevan más
tiempo.
Según los datos que difundió la semana pasada el Indec, el desempleo se
ubicó en el 6,7% de la población activa en el cuarto trimestre de 2011.
A partir de los datos oficiales y otras variables los especialistas
intentarán saber qué pasó con la creación de empleo, ya que la variación
de la desocupación -que cayó respecto del 7,3% de 2010- depende no solo
de ese factor, sino también de cómo se movió el porcentaje de la
población activa, es decir, que trabaja o busca hacerlo (si baja, tiende
a reducirse el desempleo).
Al tercer trimestre de 2011, la suba interanual de la cantidad total de
empleos fue del 2,8% según la encuesta oficial. El dato revela una
elasticidad (relación entre el crecimiento del empleo y de la actividad)
del 0,3, mucho más reducida que la de unos años atrás. Por otra parte,
el dato esconde que el sector más dinámico fue el Estado. LA NACION
No hay comentarios:
Publicar un comentario